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martes, 31 de agosto de 2010

"Sueño americano"


Por necesidad, pobreza o ignorancia (o todo a la vez), cada día hay cientos o miles de personas que cruzan ilegalmente la frontera con Estados Unidos.

Personas que han dejado en sus países de origen, padres, hermanos, esposas e hijos. Familiares que esperan la buena noticia. Saber si sus seres queridos, han llegado sanos y salvos a la tierra prometida.

Angustiados seres que jamás esperan recibir una mala noticia; desafortunadamente sucede y a menudo.

Y no son casos esporádicoas. Cruzando el río o el inclemente desierto y no pocas veces a manos de los nefastos "gringos" que patrullan la frontera, muchos hermanos latinoamericanos, no solo mexicanos, dejan su vida y esperanzas en el camino... para siempre.





Personas que arriesgan su vida cruzando la frontera ya sea por el desierto, brincando las bardas o por el río hacia los Estados Unidos.


Un cruel negocio detras de la masacre: 10,000 secuestros de inmigrantes en sólo seis meses.

El hallazgo de 72 cuerpos en Tamaulipas llevó a la BBC Mundo a preguntarse por qué miles de inmigrantes caen en las redes del narcotráfico. Aquí los resultdos de su investigación.



El hallazgo de los cadáveres de 72 indocumentados en un rancho de San Fernando, en el sur del estado mexicano de Tamaulipas, ha puesto de relieve el lucrativo negocio de la inmigración ilegal manejado por el crimen organizado.

Las víctimas de esta actividad suelen ser personas que huyen de la pobreza en Centro y Sudamérica. Atraviesan México con coyotes (traficantes de personas) y viajan apenas con lo puesto.

¿Pero cómo es que las organizaciones criminales obtienen grandes ganancias con este tipo de emigrantes? ¿Por qué los indocumentados son secuestrados y extorsionados?

"Lo fuerte no es tanto el dinero de los secuestros, que asciende a millones de dólares, sino el trasiego de estupefacientes", le dijo a BBC Mundo el padre Alejandro Solalinde, activista de los derechos de los inmigrantes.

"Se aprovechan de que los inmigrantes son pobres, algunos de ellos de baja escolaridad, son personas buenas, campesinas, trabajadoras", explica Solalinde, quien dirige un refugio para migrantes en el municipio de Ixtepec, en el estado de Oaxaca.

"Pero no importa si tienen muchos estudios o pocos, de todos modos los afilian a la delincuencia y finalmente acaban envileciéndolos también con la droga", dijo el sacerdote.

Cerca de 10.000 secuestros de inmigrantes en apenas seis meses es la aproximación oficial más reciente a la hora de calibrar este delito prácticamente invisible.

El dato, de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) -un organismo autónomo del Estado- es de 2009, y apunta a unos 1.600 secuestrados al mes, en la mayoría de los casos a manos de grupos del crimen organizado.

El gobierno mexicano no comparte estas cifras, porque cuestiona la metodología con la que se han obtenido.

El otro gran propósito de los secuestros de indocumentados es el reclutamiento forzado para los cárteles de la droga.

Como ilegales, son inexistentes en registros oficiales y constituyen mano de obra barata o gratuita, muy vulnerable y de la que fácilmente se puede prescindir llegado el momento sin apenas consecuencias.

Según el padre Solalinde, los centroamericanos "están siendo afiliados para maltratar a sus propios hermanos".

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