En fin todo tiene un por qué y una razón de ser; será verdad que todos estos cambios climáticos y protestas de nuestro mundo son derivados de los experimentos que hacen las grandes potencias mundiales. (MGRS)
En esa fecha ocurrió un movimiento telúrico de 7,2 grados en la escala de Richter, de magnitud superior al que devastó Puerto Príncipe, la capital de Haití.
Desde entonces el suelo del valle de Mexicali no cesa de moverse. Los sismos son réplicas del fenómeno de abril, explica Víctor Wong, director de Sismología del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (Cisese).
"La actividad la vamos a tener igual por lo menos en los próximos tres meses, aunque no hay posibilidades de un temblor mayor", dice en conversación con BBC Mundo.
Hasta ahora la mayoría de los movimientos han sido de 3 grados Richter en promedio, aunque recientemente hubo uno de magnitud mayor, lo que provocó, a su vez, nuevas réplicas.
No es un fenómeno nuevo, dice el especialista, pues se repite también en otras partes de América Latina que han padecido movimientos telúricos similares, como en Chile.
Nativos y "fuereños"
La alcaldía de Mexicali ha dicho que la historia de la ciudad se divide en dos: antes y después del sismo de abril.
Y es que en algunas partes de la región la vida no volverá a ser la misma, le dice a BBC Mundo el director de Protección Civil del municipio, René Rosado.
En esa ciudad de Baja California, en México, cada hora la tierra se mueve cinco veces en promedio.
Más de 5.000 hectáreas de cultivos resultaron dañadas, en algunos casos de forma irreversible porque cambió la composición de la tierra.
Al menos cinco barrios enteros serán reubicados porque el suelo quedó inhabitable, además otras áreas de la ciudad permanecen inundadas.
Según estudios de la NASA, la ciudad de Caléxico, California, vecina de Mexicali, se movió unos 80 centímetros de su posición original.
Pero lo más grave es el movimiento de la tierra: cada hora hay cinco sismos en promedio.
¿Cómo se puede vivir así?
"Los nativos de Mexicali estamos acostumbrados, pero los que vienen de fuera tienen miedo; muchos ya emigraron", explica Rosado.
Platos amarrados
Ciertamente, los vecinos de Mexicali han tomado medidas para convivir con los sismos.
Las tuberías de agua y gas, por ejemplo, son de polímeros flexibles que se mueven al ritmo de la tierra.
El reglamento de construcción local es de los más estrictos de México, y ya se prepara una enmienda para endurecer las medidas ante la nueva situación de la zona.
Algunos recurren a la improvisación, como Paulina Rodríguez, quien de plano tiene amarrados los utensilios de cocina para evitar que se caigan con el vaivén de tierra.
"Me daban buenos sustos, imagínese a mitad de un temblor y el escándalo de los trastes que se caen", cuenta a BBC Mundo.
Paredes de papel
La ola de sismos también descubrió actos de corrupción, añade Rosado.
Las casas de algunos nuevos fraccionamientos de lujo se vinieron abajo y al revisar los escombros descubrieron que los tabiques las paredes estaban rellenos de papel periódico en lugar de concreto y varillas de acero.
Las autoridades revisan otros barrios para detectar casos similares y evitar el riesgo de derrumbes.
Para el director de Protección Civil, lo más asombroso es que la ciudad sobrevivió casi entera al terremoto de abril, y se mantiene de pie en un suelo que, por momentos, parece hecho de gelatina.
Tomado de BBC Mundo.com